Por Juan Alonso Romero
“La ideología es el conjunto de ideas fundamentales que caracterizan el pensamiento de una persona, colectividad o época, de un movimiento cultural, religioso o político”. Literatura política.
ARISTÓTELES
Sin tener nadie la pretensión de que la ciencia o la filosofía son difíciles o sólo para una élite, Aristóteles dejó muy claro, que “la actividad suprema del hombre es pensar, es el pensamiento”. Actividad que todo mundo realizamos, o podemos realizar. Usando primeramente quizá el sentido común, luego manejando una o varias ideas más a fondo, más elaboradas. De un pensamiento con más información, con más datos. Él nos dejó la claridad, de que todo lo que pensamos, se traduce en ideas. Unas serán religiosas, otras sociales – de temas varios -, otras políticas y muchas de los temas de las ciencias.
Para aprender con ellas en el hogar desde la infancia, los contenidos de la educación.
En el jardín de niños con palabras, dibujos y juegos, las primeras visiones de nuestro mundo.
En la primaria con libros, números y letras, la enseñanza institucionalizada de nuestro tiempo.
En la secundaria con ideas más organizadas para entender física, química, geografía, matemáticas y literatura, de los textos más recientes.
En la preparatoria, para tener ideas sobre lo que nos llevará a una posible salida lateral técnica o nos conducirá a una profesión. Iniciando el manejo de ideas más complejas de la vida, la materia, el universo y por lo tanto de las ciencias y del conocimiento en general.
En la Universidad, para tener ya información más sólida sobre la ciencia, el conocimiento y la tecnología. Forjando el manejo de una profesión, con opciones de licenciaturas, maestrías y doctorados.
Es por ello, que todas, todos, tenemos ideas y pensamientos. Todos tenemos imágenes mentales de las cosas, para a partir de ellas, tener vivencias, experiencias e información. Sin lugar a dudas, porque las ideas, nos ayudan a abarcar, tomar y atrapar conocimientos. También a tener una definición personal, social o política.
A PARTIR DE
A partir de varias ideas, los pensadores, ideólogos, analistas, sociólogos, economistas, filósofos o bien hombres con experiencia, han propuesto en el campo de la vida y de la sociedad, a las ideologías, que mueven a gobiernos y a partidos políticos. A personas, grupos, militantes, simpatizantes e incluso a una parte importante de la sociedad.
LA IDEOLOGÍA
Siendo la ideología, un conjunto normativo de emociones, ideas, creencias colectivas que son compatibles entre sí y están especialmente referidas a la conducta social humana. Siendo este enfoque, precisamente, una definición.
Habiendo existido las ideas y las ideologías, desde antes de Cristo y luego después de él. Como fundamento de Ciudades recabadoras de Tributos, Ciudades Estados, Imperios, de Sistemas Autoritarios, como también de Repúblicas. Pasando por Estados imbuidos en las ideas religiosas, conocidas en la antigüedad y aun actualmente, como entidades de gobierno, con religión de Estado. Como fueron los gobiernos europeos de la Edad Media e incluso de la época de la ilustración. Donde se confunden Estado e Iglesia. Sucede actualmente con los Estados Islámicos, por ejemplo.
Sin embargo, en las civilizaciones modernas. En los Estados democráticos modernos. En las Repúblicas modernas, el Estado de Derecho, nos marca la libre expresión y manifestación de las ideas. Por lo tanto, el respeto a todo tipo de pensamiento o de ideología política en el individuo o incluso en un grupo social.
DEBEN DE RESPETARSE
Para salud de las Repúblicas democráticas y de las sociedades, se deben de respetar todas las ideas políticas y todas las ideologías.
De izquierda.
De derecha.
De centro izquierda.
O de centro derecha.
Porque si hay pensadores, dirigentes o partidos con alguna de ellas. Siendo obligación del Estado democrático respetarlas. Porque resultan ser representativas de sectores de la sociedad. Como también de intereses de la misma. Son la expresión de grupos de individuos. Incluso, con miras a la formación de un partido político, para buscar el poder.
En virtud de que la idea de participación democrática, tiene como finalidad, lograr que todos los ciudadanos de una sociedad, participen de la representación de los gobiernos, a través de las elecciones. E igualmente, que todo mundo, pueda ejercer su preferencia política o religiosa, con pleno respeto del Estado. Sin que ningún partido ganador de una elección persiga o presione a quienes no ganaron. Será la ley quien norme a los partidos políticos, a los procesos electorales, a las candidaturas e incluso, al árbitro electoral. El cual debe de ser un órgano autónomo del Estado.