DEMOCRACIA Y PAZ SOCIAL 

Por Juan Alonso Romero 

DEMOCRIACIA 

Siendo la democracia desde sus orígenes, el sistema donde se debe de posibilitar la participación masiva de los ciudadanos en la elección de sus gobernantes, lo es para generar lo que actualmente tenemos en el mundo, las democracias representativas. Con el sistema – derivado de Estados Unidos, Independencia 1776, Constitución 1787 – republicano, con la división de los tres poderes: legislativo, ejecutivo y judicial. Bajo el sistema de elecciones libres, con pleno respeto a la formación de partidos políticos. Normado todo este sistema, por un árbitro independiente – en México el INE -, que garantice elecciones libres, creíbles e inobjetables. Principios que permiten el diálogo entre los individuos y las naciones, para asegurar la paz mundial y la social en los países. 

ACTUALMENTE 

Lastiman y dañan seriamente a la democracia en el mundo actual, las guerras que estamos viendo y viviendo con la invasión de Rusia a Ucrania, el conflicto de Israel en la zona de Gaza, la presencia de “los nuevos piratas” Hutíes, con origen en Yemen, pero apoyados por Irán en el mar Rojo. La pretensión tensa de China sobre Taiwán, el conflicto fronterizo entre Irán y Paquistán – zona de Beluchistán -. Cuestiones serias, que afectan a la paz mundial y le ponen serios obstáculos a la democracia a nivel global. 

E igualmente lo hacen las presencias cada vez más importantes de los grupos del crimen organizado en los países. Como son los casos de México, donde varios distritos electorales federales están en riesgo de seguridad, para las elecciones del 2024, incluidos en ellos, sus distritos locales. Así como la inseguridad que se vive en Guerrero, Michoacán, Guanajuato, Tamaulipas, Jalisco y otros estados, por la acción de esos grupos. Presencia que genera ingobernabilidad en Ecuador y en casi toda Centroamérica, motivando en buena medida, la expulsión de migrantes a través del territorio mexicano, rumbo a Estados Unidos por cientos de miles. 

La violencia en contra de los derechos humanos y las libertades democráticas en países como Cuba, Venezuela, Nicaragua, Rusia y China. Cuyos sistemas no democráticos, son causa de preocupación en la región donde están ubicados y a nivel global. Sistemas que, por estar alejados de las democracias, tienen liderazgos cerrados y con posiciones de fuerza frente a la sociedad civil. 

La inestabilidad e ingobernabilidad que hemos visto en Perú, Bolivia y en las últimas décadas en Argentina. Con conflictos post electorales que aún se han visto en Bolivia y Perú. En Brasil, al triunfo de Lula Da Silva. 

ENTENDIENDO 

De lo comentado, debemos de entender partidos políticos, ciudadanos, gobernantes y órganos electorales, que es conveniente no permitir que las guerras, el crimen organizado, los violentos y los anti demócratas, lastimen a la democracia. A la cual debemos defender en todas sus expresiones y manifestaciones. Preservando la Paz mundial y la paz social. Combatiendo la influencia de los grupos criminales, aplicando con firmeza el imperio de la ley. 

Eliminando impunidad. 

Violencia. 

Y corrupción. 

Estableciendo el Estado de Derecho. Con ejercicio pleno de la Constitución y las leyes emanadas de ella. Respetando el principio de la división de poderes. Eliminando las tentaciones del acaparamiento del poder en unas solas manos. Promoviendo y propiciando elecciones libres, limpias, con resultados creíbles e inobjetables, que eviten los conflictos post electorales. Desterrando las polarizaciones en el manejo de la política y el ejercicio del poder. 

OPORTUNIDAD 

En la teoría y en la práctica, cada proceso electoral, es una oportunidad para fortalecer a la democracia, que viene siendo la medicina idónea para lograr sociedades sanas, productivas, pacíficas y progresistas. Donde existan mejores condiciones para que las mayorías reciban salud, educación, seguridad, empleo y justicia de calidad. Estableciendo condiciones para tener manejo abierto, transparente y honesto en los gobiernos. Con partidos políticos responsables y respetuosos del mandato de la ley. Eliminando como males sociales a la corrupción, impunidad y a la violencia. 

Con un Estado de Derecho, que, al generar confianza y seguridad, permite la atracción de inversiones extranjeras directas, para fortalecer empleo y economía en los países, sus estados y municipios. Creando condiciones para capitalizar, capacitar, tecnificar y modernizar al sector agropecuario. Permitiendo el establecimiento de industrias limpias y amigables con el medio ambiente. Mejora en turismo, comercio y en los servicios. Eliminando cualquier tipo de inseguridad en las zonas rurales, industriales, comerciales, urbanas y en las vías de comunicación. 

Donde el equilibrio y división de poderes, permitan una sana coordinación entre ellos. Teniendo un poder legislativo, que de verdad represente los intereses de sus electores, para que se generen políticas públicas en beneficio de la sociedad. Dejándole al poder ejecutivo, la implementación de ellas, con criterio de bienestar general, al margen de credos religiosos o políticos. Para que el poder judicial, haga aplicativo en sus términos, al Estado de Derecho. 

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