EL DÍA DE MUERTOS EN MÉXICO 

Por Juan Alonso Romero 

CONTENIDO 

De acuerdo con especialistas en los usos, tradiciones y costumbres de los mexicanos, el Día de Muertos, tiene dos raíces. 

La indígena. 

Y la hispana. 

SINCRETISMO 

“El sincretismo es un término empleado en la antropología cultural, para referirse a la suma, amalgama o a la hibridación de dos o más tradiciones culturales. Se usa también para resaltar el carácter o fusión y asimilación de elementos diferentes”. Información de Antropología. 

EL DÍA DE MUERTOS 

El día de muertos llegó a México con la conquista y se fue estableciendo paulatinamente en la Colonia, en lo que después de esta, fue La Nueva España. Venía en los contenidos de la Religión Católica, conocidos como el Día de Todos los Santos. Que aún tiene presencia en el lenguaje religioso y cultural de los mexicanos. Sobre todo, de quienes asisten a las celebraciones de Día de Muertos a los templos católicos, los días 1 y 2 de noviembre.  

Donde el día 1 está dedicado a los niños fallecidos, denominados como Angelitos. 

El día 2 se consagra para los fallecidos adultos, conocido como el Día de todos los santos. O de los santos difuntos. 

EN LOS PUEBLOS INDÍGENAS 

En los pueblos originarios o indígenas, nombrados así por los conquistadores. Quienes siguieron la tradición de Cristóbal Colón, que creía que había llegado a “las indias”, al descubrir a su arribo, esta parte de América, de allí el término de indios. Porque en origen, indios, son los habitantes de la India. En México precolombino, había una gran cantidad de etnias y ninguna de ellas, tenía, ni tiene origen en la India. 

Estas etnias del México precolombino, tenían en sus usos, tradiciones y costumbres, el culto a los muertos. A los niños, a los guerreros, a los familiares. Sus leyendas sobre el inframundo, aún existen y están recogidas en investigaciones muy sólidas por antropólogos nacionales y extranjeros. 

LA SUMA 

La suma de estas dos tradiciones: la de nuestros pueblos originarios y la de los españoles, generó pues una suma, un sincretismo, en cuanto a la tradición del Día de Muertos. Que nos da identidad cultural a nivel nacional e internacional. 

Con expresiones tan visibles como el tradicional Día de Muertos en Michoacán en la Isla de Pátzcuaro. Que el día de muertos, desde el día 1 y hasta el día 2 de noviembre se viste en su panteón de luces y flores. 

Las luces, que son las velas y veladoras. 

Las flores tradicionales de muertos, las de cempasúchil. Con las familias velando 1 y 2 en el panteón, con un altar en la tumba y comida para recibir el alma del o la fallecida. 

En el estado de México, los pueblos le han aportado a la cultura mexicana otros elementos con motivo del día de muertos. Sobre todo, en Mixquic, de fama nacional e internacional, por sus altares, con el papel picado, el pan de muerto y las calaveras elaboradas con diferentes materiales. De allí, vienen los ya muy famosos “Altares de Muertos”. Del pueblo de Mixquic. Donde al fallecido se le pone una ofrenda con flores de cempasúchil, mole o alguna comida de preferencia del difunto, la bebida que le gustaba como tequila, pulque, mezcal. Agua, ceniza, sal, copal – incienso – su foto, frutas y algún objeto de su uso, como ropa, montura, etc. 

LOS ALTARES 

Desde el día 28, se montan los altares, para recibir en casa a los muertos. A los que fallecieron por un accidente o un acto violento. Con especial dedicación, están los días 1 para angelitos y 2 para adultos. En Mixquic, está la velada en los panteones, con velas encendidas, flor de cempasúchil y comida para los muertos. Se elaboran adornos con papel picado y hay incluso, un desfile de “catrinas” por las calles del pueblo. Que han llamado la atención del turismo nacional y extranjero. Estas tradiciones se han ido extendiendo por toda la República, a lugares donde antes el festejo de día de muertos, como en Nayarit, era sólo el llevarle flores naturales o coronas artificiales a los deudos a sus tumbas. Acompañado esto, de la limpieza de tumbas, retirando hierbas, pasto, ramas o tierra de las losas. Poniendo en las losas o cruces las flores o las coronas.   

Fueron Celso H. Delgado y Doña María Eugenia Espriú de Delgado, quienes, en su sexenio trajeron a Nayarit, la tradición de los Altares de Muertos. Los iniciaron con altares que ponía cada dependencia del ejecutivo, por la Calzada del Panteón. Que luego se extendió poco a poco a algunos municipios e incluso a las plazas públicas. A escuelas y centros de educación superior, a los museos y finalmente, quedó establecida la tradición entre nosotros. Estableciéndose ya, los Altares de Muertos, incluso en las casas particulares. 

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