Por Juan Alonso Romero
LA VIDA DIARIA
En la vida diaria, en los negocios, en la vida administrativa o en la política, los consensos son muy importantes. Son el nivel más alto del convencimiento que puede darse entre individuos, grupos, socios o incluso entre partes que no son coincidentes, para llegar a acuerdos. Para arreglar diferencias, como se dice en la vida diaria.
En esencia, un consenso es llegar a un punto en común, con el consentimiento entre todos los miembros de un grupo. Incluso se da, entre varios grupos. El consenso es el uso ordinario del sentido común. Es el principio elemental de la política, que reza “prudencia política para no chocar”. Es la visión inclusiva y no sectaria, que admite la existencia del otro y de los otros.
ELEMENTOS
Para el logro de los consensos, se necesitan ciertos elementos. Donde no está solo mi punto de vista, mi interés o mi deseo de imponer. Hay varias cuestiones a tomar en cuentda.
Identificar y discutir las inquietudes.
Generar nuevas alternativas.
Confirmar que las personas entienden las propuestas.
E igualmente, entienden los argumentos.
BÁSICO
El consenso es básico en política y fundamentalmente en las democracias. Porque implica el tomar en cuenta al mayor número de opiniones posibles. De tal suerte, que este ejercicio no requiere de votaciones. Sino más bien de voluntad personal en la vida privada o de voluntad política, en la vida pública.
En el consenso, no es válido y no está permitido polarizar.
O distraer con eventos diferentes a lo que están en la realidad diaria. Los datos oficiales, son eso: están validados por el propio Estado. Son estadística confiable. Quizá analizable, pero que tiene un margen amplio de veracidad.
Ni se vale calificar o descalificar a los no coincidentes.
Mucho menos el avasallar con la fuerza de un grupo, de una empresa, de un partido o del Estado, para imponerse. Porque este tipo de actitudes de cerrazón o de fuerza, impiden el tránsito del diálogo y enrarecen las atmósferas de posibles entendimientos.
SE VA A NECESITAR
El consenso es ya desde ahora, un objetivo indispensable, para que después de la elección del 2024, no se rompan los equilibrios necesarios para poder gobernar. Gane quien gane en 2024.
La Alianza de la 4t.
O la posibilidad de la Alianza opositora.
Una u otra, necesitarán manejar necesariamente los consensos, para no llegar a las confrontaciones peligrosas. Lo van a necesitar en la cámara de diputados federal, en el senado. En los congresos locales, como en las gubernaturas, e igual en los ayuntamientos.
EN POLÍTICA
En la teoría política, como en la praxis – en su práctica -, la polarización, los distanciamientos y las confrontaciones, no son parte de su manejo normal. Pues donde un solo grupo o partido se hace con el poder, las tentaciones de exclusión, siempre terminan mal. Llevan a los callejones sin salida del partido único y de estado. De un solo proyecto, un líder y un pueblo, que en principio es el camino de los populismos, pero luego lleva a las dictaduras. Lo hemos visto en América Latina en Cuba, Venezuela y en Nicaragua – por ejemplo -, pero en el pasado reciente con las dictaduras militares en Chile y Argentina.
LAS CLASES MEDIAS
En esta elección de 2024, no hay que perder de vista el papel que jugarán las clases medias. Que, en la historia de las ideas políticas, son las que han manejado la orientación de la inmensa mayoría de los cambios sociales. Así surgió la Independencia de México, el fin del primero y el segundo Imperio, la Guerra de Reforma y la Revolución Mexicana. La alternancia política del año 2000, que hizo perder al partido de Estado – al PRI -. Dirigida y operada, desde el sitio que ocupa en la sociedad la clase media. Lideradas por la clase media, transitaron la Revolución Francesa, la Revolución de Independencia Norteamericana y las luchas independentistas en el continente americano.
EL EJERCICIO DEL PODER
En la historia de México y en la de todos los pueblos, el ejercicio del poder, siempre desgasta. Le pasó al gran héroe y líder de la Segunda Guerra Mundial Winston Churchill, quien llevó avante a su pueblo ante la amenaza nazi, pero que perdió la elección para ser ratificado como primer ministro de nuevo al terminar la guerra. Al haberse conseguido la paz. No en balde, en todos los tratados de doctrina política, se analiza a las oposiciones a los gobiernos, no como “enemigos”, sino como equilibrios necesarios para fortalecer a la democracia. Manteniendo todos los gobiernos democráticos modernos, diálogo y construcción de acuerdos con las oposiciones. Para garantizar gobernabilidad.