Por Juan Alonso Romero
TEOLOGÍA
Empecemos por comentar, que las Teologías es una ciencia. Que se enseña en muchas universidades del mundo actual.
Todos sus estudios tratan sobre Dios.
Está fundada en textos sagrados, tradiciones y dogmas.
LOS TEÓLOGOS
Los teólogos son profesionales – muy competentes, por cierto – que estudian las religiones y todos los aspectos relacionados con ellas.
Sus doctrinas.
Rituales.
Códigos.
Textos sagrados.
Y su relación con la filosofía. Relación que innegablemente si tiene.
IMPORTANCIA
Es una disciplina muy importante. Más de lo que comúnmente creemos.
Necesaria para entender a los pueblos antiguos.
E igual a los pueblos actuales.
Para entender con acierto, sus concepciones religiosas reales.
EN POLÍTICA
Desde los tiempos de Roma Imperial, se cometió el grave error de deificar a sus Emperadores. Erigiendo en su honor altares, imágenes y templos para rendirles culto como Dioses. Ese vicio empezó a permear en la vida social y política desde antes de Cristo. Continuando incluso después del Imperio Romano.
Pasó luego por un extremo dominio de los Señores Feudales, quienes estaban por encima de las religiones y de los religiosos. De sus celebraciones y cultos. Donde el Señor Feudal era intocable, temido y venerado. Adjudicándosele a él todos los méritos de lo positivo que sucedía en su feudo. Teniendo a los vasallos como una parte de la misma propiedad de las tierras. Incluso gozando del famoso “derecho de pernada” sobre las doncellas casaderas. Para poder disfrutarlas íntimamente.
Esa potestad la ejercieron luego los Reyes y los Emperadores. En Rusia ese dominio despótico lo tuvo el Zar – el César -, en Alemania el Káiser – el César -, en el resto de Europa, las monarquías absolutas. Quienes incluso llegaron a imponer Obispos, Cardenales y hasta al mismo Papa de Roma.
EN LA ACTUALIDAD
En la política actual, aún se continúa mezclando erróneamente a las Teología con la política. En las izquierdas, derechas o centros, donde ponen a la cabeza del poder ejecutivo, como representante del poder terrenal absoluto. Sin opciones de fallas, errores o equívocos en lo que hacen o dicen.
Nos ha pasado en la época de la Colonia.
En la etapa de la Independencia.
En el Primer y Segundo Imperio.
En la época de la Reforma.
En la Revolución Mexicana.
Y en la etapa post revolucionaria.
Esa falla de desequilibrio vuelve al que encabeza el poder, no como mandatario, sino como un ser humano prácticamente divinizado. Al que hay que complacer siempre, alabar siempre, estar de acuerdo con él siempre.
Pasó con los presidentes de la República en la historia del Partido Nacional Revolucionario.
En la del Partido de la Revolución Mexicana.
En la del Partido Revolucionario Institucional.
AHORA
Ahora es necesario que ya se rompa con estas vieja y oscura visión en la política. Por el daño visible que les ha hecho a los pueblos. Como sucedió en la época de José Stalin en la ex Unión Soviética, a la Alemania de Adolfo Hitler y a América Latina en la etapa de las dictaduras militares. Actualmente aún, en África, con inestabilidad, dictaduras y golpes de Estado. Con viciadas tendencias en nuestro continente, con polarizaciones y confrontaciones en Perú, Bolivia, Venezuela y Colombia por mencionar ejemplos. La situación del partido y el dirigente único en Corea del Norte, China, Cuba y Vietnam. Lo vivido en la Argentina de Videla o en Chile de Pinochet.