Por Juan Alonso Romero
SALUD POLÍTICA
La verdadera libertad de expresión, es parte de la salud pública política de los pueblos y demuestra la posición de respeto de los gobiernos. Es por esa salud, que debe de esclarecerse a fondo el atentado reciente en contra de la vida del Periodista Ciro Gómez Leyva. Y debe de dejar el poder de acusarlo y calificarlo indebidamente como “Vocero del conservadurismo”. Quienes tenemos años de seguirlo en sus noticieros, encontramos a un comunicador imparcial, objetivo, educado y veraz. Recio sí, fuerte también. Definido, sin lugar a dudas. Él habla con verdad de lo que hacen los partidos políticos, sus dirigencias, la clase política y los gobernantes. Si hay que analizar la situación de la desaparición injustificada del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, magna obra que nos iba a colocar en el primer mundo, él lo hace y lo hizo. Si hay que decir de las deficiencias de falta de conectividad urbana del Aeropuerto Felipe Ángeles, él lo dijo y lo continúa diciendo. De los ataques no justificados al INE, lo dice y permite que los consejeros, la COPARMEX, los comentaristas y analistas políticos, los expertos en materia jurídica, se expresen y muestren el daño que se le ocasiona con ello a la democracia. E igual habla de la realidad sobre: narcotráfico, inseguridad, impunidad, corrupción y violencia. De sus índices, proporcionados por la propia estructura oficial.
LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN
El director de Comunicación Social del gobierno del estado, Alberto Martínez Sánchez, les ha dicho a todos los comunicadores, que las puertas de las Conferencias del gobernador Miguel Ángel Navarro, están abiertas para todas y todos los comunicadores. Esto es importante en cuanto a las opciones de comunicación del gobierno con los medios y de los medios con el gobierno. De los periodistas con las notas oficiales y de lo oficial con los periodistas. Porque en la Libertad de Expresión, los nichos cerrados no funcionan. Nunca han funcionado, ni funcionarán. La libertad es apertura para el que permite y lo es también para el que puede asomarse a la información que brinda el poder. Bien por esa decisión oficial, que marca un cambio que debe de reconocerse.
NO HAY CHAYOTEROS
No creo que quien escribe, investiga, busca la nota y comunica, ande también buscando un taco, una botella o un billete como recompensa. Es decir, no creo que el periodista normal, sea un “chayotero”. Sin negar que existan los “endulza oídos” y los “pedigüeños de todo”, los que saquean los convivios, llevándose comida y hasta los arreglos florales, desgraciadamente existen. Pero quien tiene una página web, una modesta página web, o publica en su Facebook o en su fan Pages, hace una labor, un trabajo y lo da a conocer es un comunicador. Que tiene con una suma de gastos y esfuerzos personales una pequeña empresa. De hecho, actualmente a quienes hacen esto, tienen que mostrar evidencias para demostrar su trabajo, a quienes les deben de brindar un estipendio por su labor. Son una empresita en verdad, viven investigando eventos, asistiendo a ellos, tomando nota, oyendo y grabando opiniones, puntos de vista y declaraciones, son profesionales de la comunicación. Son articulistas, columnistas, comentaristas: periodistas.
FORTALEZA AL PERIODISMO
El poder público, como la empresa privada, cobran por los servicios que brindan. Igual lo hacen los medios de comunicación. Ambas acciones son legítimas, confesables, auditables y hasta motivo de facturación. No hay duda que empresa y poder público, necesitan llevar sus mensajes a través de los medios de comunicación social, los cuales pagan impuestos, personal, combustibles, rentas, mantenimiento de vehículos y viáticos. Toda esta simbiosis de necesidad mutua, justifica legalmente la fortaleza que la empresa privada y el mundo oficial, deben de brindarle a los medios de comunicación. De manera transparente, abierta, clara y sin ocultamiento alguno. Es la hora de desde el origen de muchas notas, de apoyar la dignificación del periodismo y la forma de vida mejor de los periodistas.
DIGNIFICAR LA PROFESIÓN
Los mismos comunicadores, deben de ser factor para que la profesión se dignifique. Propiciando condiciones, para que quienes no ejerzan con ética y con responsabilidad su trabajo, respondan por sí mismos de su conducta. Porque el ejercicio del periodismo de ninguna manera es o debe de ser indigno. En el año de 1993 la ONU estableció el día 3 de mayo, como el Día de la Libertad de Expresión. En 1953, el presidente Miguel Alemán y los Editores de Periódicos, establecieron para México, el día 7 de junio, como el Día de la Libertad de Expresión. Ese día debe ya el gobernador Miguel Ángel Navarro Quintero, regresarlo a su origen de celebración tradicional en Nayarit, que era en esa fecha. Estableciendo normatividad y criterios autónomos y confiables, para las premiaciones que se brindan en esa fecha, para periodistas mujeres y hombres.